El jardín es el protagonista, habitar en él implica poder contemplarlo en su totalidad. Este proyecto se materializa como una extensión del área social de una casa existente orientada al norte en el bosque de Tlalpan, y se desmaterializa como un volumen transparente que elimina el límite entre el exterior y el interior. La verdadera envolvente es la vegetación, ésta da la sombra y controla la incidencia solar. La luz se filtra por los árboles y baña de patrones la terraza durante el día, por la noche los papeles se invierten, la terraza es la que emite la luz para iluminar el jardín. El resultado es una simbiosis entre los construido y el paisaje natural para beneficio de la experiencia humana.