El sitio es un viejo jardín con arboles maduros donde se emplazaba una casa fría, oscura y húmeda de techos planos construida en los 50's. El cliente solicitó conservar la estructura de la casa existente. El proyecto rescató la estructura original en un meticuloso proceso descubrir lo que ocultaba después de años de alteraciones. Quedó la esencia de la estructura, muros de tabique de 21cms de espesor.
Se aplicaron 3 estrategias:
1) Entender el sitio y trabajar con él usando principios bioclimáticos a lo existente: ventilación cruzada, modificación de pendientes para captación pluvial y entrada de luz natural.
2) Ser y dejar ser. Utilizamos 3 materiales: El tabique en su despiece original de “muro 21” se unificó para todo el proyecto al mezclar el polvo de ladrillo que se demolió con resinas y mortero, disimulando la diferencia entre los muros existentes y los nuevos. Introdujimos un material: el acero oxidado para las ampliaciones, los volados y un muro que acompaña desde el acceso hasta el jardín. La carpintería se aprovechó recuperando los pisos viejos y vigas de la demolición de un restaurante cercano.
3) Adaptamos la casa para ampliar el programa incluyendo un gimnasio, 3 baños, vestidor, alberca y servicios. Modificamos las instalaciones con tecnología de calentamiento solar, bombas de velocidad variable, pisos radiantes y generación fotovoltaica.
El resultado son volúmenes de tabique que se asientan en el jardín como rocas, recibiendo las sombras que proyectan los árboles. Los espacios entre volúmenes son transparentes, permitiendo apreciar el jardín desde distintos ángulos, otorgando sensaciones de serenidad en el caos vial de la Ciudad de Mexico.